Descripción
¿Cómo se usa?
Enciende la vela y deja que arda durante unos 20 minutos. Disfruta de mientras del increible aroma que se extenderá por la habitación.
Pasados estos minutos, la cera de la vela se habrá convertido en aceite. Viértelo sobre la piel de tu pareja de juegos y disfrutad de un masaje muy estimulante. No tengáis miedo, el aceite no quema, está a la temperatura perfecta para disfrutar de un masaje relajante. El aceite tiene una textura sedosa y nada pringosa por lo que la experiencia será muy agradable.
Una vez acabada la velada, recomendamos cerrar el envase y guardarlo de forma adecuada para usarlo la próxima vez y que no pierda su aroma. El aceite volverá a solidificarse en el interior para volver a repetir la experiencia en otro momento.
¿Quieres un último consejo? Prueba de cubrir con un antifaz los ojos de tu amante para intensificar aún más las sensaciones que te ofrecen las velas de masaje con aromas.
Características principales:
- Aroma a vino de fresas.
- La cera se convierte en aceite de masaje
- Contenido 30 ml.
- Elaborada con aceite 100% natural (aceite de coco, aceite de aguacate, fragancias, Vitamina E, aceite de almendras dulces)
- Duración: 7h aproximadamente ardiendo
- Disponible en 6 diferentes aromas: Pétalos de rosa, Frutas exóticas, Vainilla, Fresas con cava, Te verde y chocolate.
¡Cosmética y aromaterapia al placer de tus sentidos!
¿Por qué escoger Shunga?
Shunga es la marca líder mundial en cosmetica erótica. Sus ingredientes naturales fusionado con principios activos logran un gran resultado. Además, destacan por el diseño tan característico de todos sus productos.
Entrar en el mundo erótico de Shunga es viajar al pasado. Traducido literalmente, Shunga significa ‘imagen de primavera’, una manera delicada de decir ‘relaciones sexuales’ entre personas. Esta palabra se usaba para designar las pinturas eróticas japonesas del siglo XVI, XVII y XVIII, un tipo llamado ukiyo-e, que no eran otra cosa que obras sobre madera o pergamino con escenas sensuales y episodios de amor carnal, siempre elaborados con mucho cuidado y buen gusto.
El arte Shunga, aunque oculto durante siglos, marcó el principio de la industria pornográfica para la clase media nipona y sirvió durante generaciones como enseñanza para los hijos y las hijas de muchas familias.